AMOR DIVINO

-El Amor Divino:

- Es el poder cohesivo que sostiene a cada electrón en cada átomo que compone todas las formas-Divina o humana.

-Es el poder cohesivo en el corazón del átomo , sea que se encuentre en un ser humano, en un Maestro Ascendido, en un sistema solar, en una galaxia o donde sea.

- Es la actividad más poderosa en este Universo.

- Es la actividad mecánicamente más precisa del uso del Fuego Sagrado para mantener juntas unidades ya sea de individuos a quienes deseas ayudar, trátese de los asuntos de tu hogar, de toda una nación o del planeta en sí.

- Es el poder que mantiene junto el Universo.

- Es el poder que Polaris y Magnus utilizan para mantener el eje de la Tierra en su movimiento al tiempo que se endereza.

- Es el poder contenido en el Cetro Cósmico al cuidado del Señor Gautama y el Señor Maitreya que, mantiene a los 10 millardos de almas en la órbita de la Tierra mediante lo que la ciencia llama "la ley de la gravedad".

MAESTRO ASCENDIDO HILARIÓN

El Amor Divino es una Ciencia. Cada manifestación, desde la forma más diminuta hasta el más grande sistema solar, se erige sobre el poder cohesivo del Amor Divino.

Las grandes Edades Doradas nacieron a través del Amor de Seres que voluntariamente escogieron crear como Dios crea y permanecieron sostenidamente en tanto que algún ser sostuvo el sentimiento de Amor Divino por la creación.

Este sentimiento fue:

- el poder cohesivo que mantuvo la forma

- el poder expansivo que aumentó su belleza

- el poder eterealizador que retiró la manifestación cuando ya no se la requería más.

En la experiencia humana cuando el individuo que es el foco del poder cohesivo de un empeño cede el poder cohesivo mediante la muerte o de otra manera, tiene lugar la desintegración de la manifestación.

MADRE MARÍA

El Amor no es vago ni efímero. El Amor es una de las cualidades más positivas en el universo. Su poder cohesivo mantiene los átomos en su lugar, sostiene a la Tierra en su órbita y a las estrellas en el cielo, mantiene la mismísima sustancia que compone sus cuerpos físicos en su forma apropiada, y sostiene a todo el sistema planetario y a la galaxia en un movimiento rítmico —hacia adelante— dentro de una mayor luz y expresión de Perfección. Tal es el poder cohesivo del Amor Divino, un Amor que puede mantener dentro de las fronteras de esta Tierra y su atmósfera a diez millardos (1) de corrientes de vida, de manera que no salgan volando por el espacio exterior, cayendo en corrientes cósmicas que superan con creces lo que su desarrollo podría soportar. Es el Amor de la mismísima Virgo, del amado Pelleur y de Amarilis lo que les da la gloria de la primavera, el suave almohadón de la hierba, el poder resucitador de la Tierra. Es el Amor de los amados Neptuno y Lunara lo que les da las propiedades limpiadoras del elemento agua. Es el Amor de Aries y Thor lo que hace que los vientos soplen en su estación, y es el Amor de los Dioses Soles (Helios y Vesta) lo que les da la mismísima Luz que les permite ver, al tiempo que se desplazan en el transcurso de su día.

Piensen en lo que sería, siquiera por un período de veinticuatro horas, que Helios dejara de verter esa radiación firme y constante de Luz, y que todos los poderes de la Naturaleza que componen la electricidad artificial de ustedes, siguiendo en Sus pasos apagaran la corriente. ¿Qué les quedaría entonces? Pues, les quedaría la Luz que está dentro de sus corazones, mediante la cual pueden desplazarse y ver lo que tienen que hacer. ¡Cultiven la expansión de esa Luz AHORA! Helios lo ha hecho durante æones (2) de tiempo. Ha sido la luz diurna sobre el sendero de ustedes, y las magníficas estrellas de los cielos y la bendita Lunara (3) han constituido la luz de sus noches; pero todo esto está ahora al alcance de su propia inteligencia. Estén siempre agradecidos a estos magníficos Seres, quienes les han dado de Sus energías PARA CONVERTIRSE EN USTEDES en una Luz para este mundo, sus rayos irradiando hacia adelante para convertirse en luz para otros en el sendero, así como también para quienes desconocen todo sendero, quienes han quedado atrapados en la maleza de la creación humana, quienes todavía disfrutan de la saciedad de los apetitos de los sentidos.