Actualmente, Kuthumi y Jesús, actuando en conjunto con el Cristo Cósmico, también mantienen sus cargos como Chohanes de los Rayos. ¿Saben por qué? ¡Pues, porque no había nadie listo! No había nadie que pudiera ocupar los lugares de Kuthumi y Jesús como Chohanes de sus Rayos respectivos en este momento.
¿Están listos a prestar el Servicio que se requerirá de ustedes en los días venideros? Supongamos que mañana se les llamara para asumir el funcionamiento de este santuario, para asumir sus gastos, sus responsabilidades y sus fricciones, así como también el empeño para combinar los muchos seres en uno. Supongamos que, un día, cuando estuvieran solos en el corazón de una zona de negocios o centro comercial, fueran llamados a dar protección instantánea a mucha gente. Supongamos que las calles comenzaran a resquebrajarse y los edificios comenzaran a temblar. Supongamos también que sus grandes ríos aquí comenzaran de repente a elevarse por encima de sus niveles normales. ¿Serían ustedes la presencia calmada, equilibrada y majestuosa de su propio Ser Divino, en pleno comando de la situación?
Auto-evalúense, Hijos Míos, oh, no con tal tensión que sea imposible utilizarlos del todo.... ¡sino con sabiduría! ¡El Señor Buddha no esperaba que lo llamaran en diecisiete años, pero estaba listo! El Señor Maitreya no esperaba ser llamado tampoco, pero igualmente estaba listo! ¡Kuthumi y Jesús estaban listos! Otros, pensando que todavía tenían diecisiete años para prepararse para el Chohanato no estaban listos. Recordarán que las vírgenes sensatas tenían el aceite en sus lámparas, y estaban listas con las lámparas encendidas cuando llegó el novio.
Cinco años antes de que el continente de Atlántida se hundiera bajo las olas de lo que ahora es el Océano Atlántico, Nosotros alertamos a la gente que allí vivía en cuanto a los eventos cataclísmicos inminentes. Seres Ascendidos y Mensajeros Cósmicos desde muchos ámbitos vinieron y hablaron a través de los sacerdotes y oráculos. Al principio, la gente escuchó sus palabras y la idea le pareció entretenida por un rato. Era algo nuevo y diferente, y también era excitante. Luego, al ver que nada espectacular ocurría inmediatamente o a corto plazo, la gente regresó a su búsqueda de la susodicha "felicidad".
Cuando los cambios terrenales y cataclismos llegaron tal cual se había predicho, los grandes temblores de tierra y el hundimiento de continentes, ¿quién estaba listo? Sólo un puñado, dispuesto a llevar esas magníficas Llamas a norte, al sur, al este y al oeste. ¡El resto de la población se hundió! ¡Prepárense! Estamos invirtiendo energías tremendas en ustedes, Amados Míos, energías que son Nuestra vida, energías que son Cósmicas, y las estamos invirtiendo en ustedes por un propósito definitivo.
MaháChohán
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