- Conocido también como el Tibetano.
- Anterior director del Segundo Rayo Dorado.
- Trabaja en el departamento del Cristo, es Co-Instructor Mundial, su retiro esta en el Royal Tetón.
- Maestro de Gran sabiduría, sus amanuenses mas conocidas son Alice Bailey y Annie Bessant, las cuales escribieron una enorme cantidad de libros inspirados por el Maestro.
El Amado Maestro Djwal Khul (D.K.), conocido también como EL TIBETANO, es un alto y reconocido Maestro del Rayo Dorado, inscrito actualmente al Segundo Departamento de la Jerarquía Espiritual, llamado también Departamento del Cristo, del Bodhisattwa (Cuerpo de Iluminación), o del Instructor Mundial, cargo que ocupa en la actualidad el Maestro Kuthumi junto con los Maestros Jesús y Lanto.
Este Departamento se encarga de los movimientos religiosos, escuelas de filosofía y todas las ramas del saber humano, inspirando Iluminación. La Llave Tonal de D.K. se encuentra en el Aire sobre la cuerda de Sol de Johann Sebastián Bach. Su Patrón Electrónico no se conoce, pero si su Cualidad Divina: Entendimiento.
Su Retiro Etérico está situado en las Montañas Rocosas, en el Royal Teton, Wyoming, U.S.A. donde desempeña la labor de Jerarca, en lo que se conoce como El Templo de la Gran Hermandad Blanca o Templo de la Precipitación.
Este antiguo Foco de Luz, uno de los más antiguos sobre el planeta, es un Retiro físico dedicado a la Actividad Cósmica de Radiación, Expansión y Verdadera Precipitación del Plan Divino para el planeta Tierra (en el libro Misterios Develados el Sr. Ballard describe maravillas subterráneas acerca de este Foco) y fue el lugar escogido por la Jerarquía Espiritual para traer por primera vez a la Tierra a todas las Chispas Divinas que debían evolucionar.
También es el lugar donde se encuentra la Junta Kármica, por lo que cada vez que terminamos una encarnación o vamos a comenzar otra, debemos hacer acto de presencia en este lugar para balancear el karma y para muchas cosas más.
El Tibetano fue en otras encarnaciones: Dharmayoti (uno de los seguidores del Señor Gautama), Kleinias (principal discípulo de Pitágoras y fundador de una escuela de filosofía en Atenas), el Rey Mago Gaspar (uno de los doce discípulos de Zarathustra) y Aryasanga (fecundo escritor budista, predicador y reformador del budismo y fundador de la Escuela Yogacharya del Budhismo).
D.K. ascendió en 1875, el mismo año en que se fundara la Sociedad Teosófica. Algunos de sus miembros tuvieron el honor de conocerlo cuando aún no había dado el último paso de la evolución humana y era el discípulo principal del Maestro Kuthumi.
El Tibetano se encargó de proporcionar la enseñanza de enlace necesaria para el período de paso de la era de piscis a la de acuario. En un esfuerzo por acelerar la reaparición de Cristo, se ocupó de la fundación de su propio Ashrama, de impartir enseñanzas contenidas en diez y ocho volúmenes, y de propiciar la inauguración de ciertas actividades espirituales en el mundo.
Para ello contó con la colaboración de Alice A. Bailey (A.A.B.), discípula del Maestro Kuthumi y fundadora de la Escuela Arcana.
A.A.B. dice de D.K. que: «Es muy culto y tiene más conocimiento acerca de los Rayos y de las Jerarquías Planetarias del Sistema Solar, que ningún otro Maestro. Trabaja en los grandes laboratorios del mundo en forma desconocida e invisible, con los buscadores de la verdad, con todos los que tratan definidamente de curar y aliviar al mundo y con los grandes movimientos filantrópicos mundiales, tales como la Cruz Roja.»
En el apéndice del libro Autobiografía Inconclusa de A.A.B, encontramos entre otros documentos de valor, uno muy especial: MI TRABAJO, firmado en agosto de 1943 por el propio D.K., quien cuenta, entre otras cosas, como se puso en contacto con A.A.B.:
«En el mes de noviembre de 1919 me puse en contacto con Alice A. Bailey, y le pedí que escribiera y publicara algunos libros que debían aparecer, con el fin de impartir la verdad en forma correlativa. Rehusó de inmediato, argumentando que no simpatizaba con la denominada literatura ocultista, difundida entre el público, y además que le desagradaba profundamente toda clase de trabajos y escritos psíquicos. Cambió de parecer al explicarle que la relación telepática era algo ya comprobado y un asunto de interés científico, que ella no era clarividente ni clariaudiente, y que nunca lo sería y, sobre todo, que la prueba de la verdad es la verdad misma. Le dije que si aceptaba escribir durante un mes, el material trascrito le demostraría contener la verdad, pues enfocaba reconocimiento y comprensión intuitiva y abarcaba cuanto fuera de valor para la nueva e inminente era espiritual…» continúa con una interesantísima y detallada descripción del trabajo emprendido y finaliza con la siguiente síntesis: «Por consiguiente, me he interesado en tres aspectos del trabajo: Los libros, la Escuela Arcana y el nuevo grupo de servidores del mundo.[...]
Todo este tiempo he permanecido detrás de la escena. Soy responsable de los libros y folletos, que llevan la autoridad de la verdad —si la verdad existe en ellos—, pero no la autoridad de mi nombre, ni la categoría que puedan adjudicarme o que me otorgan los curiosos, los investigadores y los devotos. No he dictado ninguno de los programas de la Escuela Arcana ni he interferido en sus planes de estudio, y de ellos es responsable A.A.B. [...]
He tratado de ayudar en el trabajo de buena voluntad, del cual es responsable Foster Bailey, sugiriendo e indicando cuál es la tarea que el nuevo grupo de servidores del mundo está tratando de realizar, pero no lo he hecho en forma autoritaria, ni jamás lo haré.» A través de D.K. se conoció La Gran Invocación, un instrumento de poder para ayudar a que el Plan de Dios se exprese plenamente en la Tierra y para emplearlo como un acto de servicio a la humanidad y el Cristo.
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