En Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Nada puede existir fuera de Dios así que Dios, dentro de sí mismo, diferencia innumerables almas. Cada una de ellas es potencialmente divina, cada una de ellas contiene todos los poderes, así como la semilla encierra la planta, pero así como la simiente debe ser sembrada para que produzca la planta, es también necesario que esas chispas divinas se sumerjan en vehículos materiales para que aprendan lecciones que sólo pueden dominarse en una vida separada como la que existe en el mundo.
Max Heindel
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