¿Por qué la humanidad rechaza el cambio aún para mejor? ¿Por qué los seres humanos han combatido el progreso y la visión de los "despiertos" desde el principio de los tiempos? Pues, porque el alma, al empuñar temporalmente las riendas de la autoridad, no está muy dispuesta que digamos a ceder la autoridad al Santo Ser Crístico. Cuán verazmente habló aquel sabio que dijo que el hombre podría llegar a conocer el mundo entero, pero pocos llegaban a conocer sus propias naturalezas externas.
Estoy trayendo luz a sus almas. El espíritu de Dios, "YO SOY", ya está vivo allí, de lo contrario no hubieran puesto sus pies en el sendero espiritual; pero el Armagedón, que conforma la suerte espiritual del buscador de la Verdad Divina, yace en la presión del espíritu que desea poseer su templo frente a la dominación arrogante del alma. El alma no está ansiosa de ceder la autoridad que tiene sobre ese templo (v.g. el cuerpo físico).
Esta fluctuación en los vehículos del chela constituye un período de gran dificultad, a veces al Santo Ser Crístico se le permite expresarse, a veces el alma domina la personalidad. Se ha dicho sabiamente que el único enemigo del hombre es él mismo, porque los individuos, mediante un sentido de querer mantener inviolado algo de sí mismos, se apegan en gran medida a sus personalidades. No todos ellos están familiarizados con el poder y la dominación de sus almas, ni con la astucia y sabiduría que el alma ha desarrollado a lo largo de los muchos siglos de vivir. Éste es el "morador en el umbral".
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