Cada problema o dificultad denota que el tiempo ha llegado para subir a un escalón más alto. Un problema no es una barrera sino un reto. Es importante asumir la actitud de que tu promoción espiritual se te presenta disfrazada de problema o dificultad y que tienes que dar otro paso adelante. Y esto requiere esfuerzo. Si quieres ir más arriba, entonces tendrás que subir por los escalones. En París, en el barrio de Montmarte -un lugar de diversión, arte y jovialidad- se erige la bella y brillante iglesia blanca de Sacre Coeur. Casi desde todos los puntos de París se le puede ver erguida como un brillante centinela blanco de día y de noche. Para llegar al Sacre Coeur hay que transitar por innumerables calles estrechas, subiendo... subiendo... subiendo... con muchos callejones ciegos y calles sin salida. Finalmente, doblas en una esquina y te encuentras con docenas de brillantes escalones blancos que conducen al Sacre Coeur. Ha sido una larga subida, y te sientes tentado a decir, "Ay, ya no quiero seguir subiendo más". Por otra parte, si dices: "Bueno, ya he llegado hasta aquí", y asciendes por dichos escalones, experimentarás una de los paisajes más inolvidables del mundo. A tus pies tendrás la totalidad de París -el río Sena serpenteando como un hilo de plata, la torre Eiffel agujereando el cielo; y la tumba de Napoleón, Notre Dame y muchos otros edificios bien conocidos- todo bañado por la dorada luz de una tarde de verano.
Y así mismo ocurre con la vida. Si quieres ir más arriba, tienes que subir por los escalones. Si piensas, "Este escalón es demasiado alto, no puedo con él", ésa será tu elección. Si piensas, "Este problema es demasiado. Es tan injusto...", entonces te quedarás abajo hasta que te despiertes al conocimiento de que sí lo puedes hacer. Sin embargo, si le haces frente a cada reto con la realización de: "Dios en mí es más fuerte que todo aquello a lo que me tenga que enfrentar. Dios me ha dado el dominio sobre mis circunstancias. No permito que nada en esta situación me atemorice ya que sé que Dios está conmigo", y continuas en esa vena, obtendrás tu entendimiento espiritual adicional y estarás en camino a tu milagro. Puede que tome tiempo y que requiera de esfuerzo de oración, pero lo obtendrás, tal como lo obtuvieron los israelitas.
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