martes, 22 de marzo de 2011

SOBRE EL ESPIRITU

El Espíritu es indestructible e imperecedero; todo lo penetra. Nadie puede destruir ese Ser inmutable.

A pesar de que estos cuerpos tendrán un fin, el espíritu habita en todos los cuerpos, mas está más allá del tiempo: el Espíritu es inmortal e infinito.

El Espíritu nunca nace y nunca muere: es eterno. Nunca ha nacido, está más allá de tiempo: del que ha pasado y el que ha de venir. No muere cuando el cuerpo muere.

Cuando un hombre reconoce el Espíritu como no nacido, imperecedero, inmutable e indestructible, ¿cómo podría este hombre matar o ser muerto?

Al igual que un hombre se quita un vestido viejo y se pone otro nuevo, el Espíritu abandona su cuerpo mortal para tomar otro nuevo.

Ningún arma puede herir al Espíritu, ni el fuego puede quemarlo, ni el agua puede mojarlo, ni el viento puede arrastrarlo.

Más allá del Poder del fuego, de la espada, del agua y del viento, el Espíritu es eterno, inmutable, omnipresente, inamovible y siempre Uno.

El Espíritu está más allá del cambio y del pensamiento, los ojos mortales no pueden verlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario