viernes, 5 de noviembre de 2010

HOGAR DE PABLO EL VENECIANO CHÁTEAU DE LIBERTÉ

Texto de : Diario de "El Puente a la Libertad"

Pablo El Veneciano

En el sur de Francia, en las riberas del río Ródano que fluye serenamente a través de las verdes colinas y valles de la rica campiña, se yergue el Château de Liberté, que actualmente es el hogar del Maestro Pablo El Veneciano, Chohán del Tercer Rayo y lugarteniente del Señor MaháChohán.

La belleza natural de la campiña cubierta de flores enfatiza la gracia de los edificios, enmarcados en el más bello de los escenarios naturales.

El rejuego musical del agua que se eleva desde las fuentes de mármol se mezcla con el canto de los pájaros, y el cálido sol desenvuelve los pétalos de los nenúfares, iluminando el variopinto plumaje de las múltiples aves que encuentran santuario en el ambiente de paz de este bello hogar del Maestro de Sabiduría.

A través de las ventanas abiertas fluye la música de órgano, cello, arpa y piano, mezclándose con el cantar de la naturaleza, ya que a estos instrumentos se les da voz mediante los talentos de los hermanos y hermanas que son devotos de la belleza, así como también custodios de la Llama de la Libertad que se ha establecido y sostenido en esta ubicación desde antes del hundimiento de Atlántida.

Bellas columnas de mármol, galardonadas con rosas en flor, rodean los jardines formales, y las estatuas más exquisitas que representan el clímax de la cultura de cada era, retratan las muchas lecciones Divinas a ser aprendidas por los sensatos y sabios, así como también inmortalizan la expresión de vida de los grandes hombres y mujeres de civilizaciones que se elevaron a grandes alturas, sólo para volver a ser tragadas por el velo de maya, dejando apenas algunos tesoros de arte o leyendas como testigos de su gloria pasajera.

PINTURA MÁGICA

Al entrar al bello y espacioso salón, nos encontramos con una bella pintura que representa la Santísima Trinidad —un magnífico ser representando el Padre, una bella paloma blanca con una envergadura de tres metros representando al Espíritu Santo, y una gloriosa similitud del Maestro Jesús representando al Hijo.

La radiación que emana de esta pintura es tan tremenda que envuelve todo el vestíbulo y mantiene al visitante embelesado en su presencia. Esta pintura la comenzó Paolo Veronese, y fue completada por Él después de ascender. Por tanto, tiene la distinción singular de tener la actividad vibratoria de ambos ámbitos de actividad en los cuales estuvo tan vitalmente interesado.

FOCO DE LA LLAMA

A medida que nos vamos acostumbrando a la radiación que emana de la pintura, y se nos permite observar el esplendor y magnificencia de la gran escalera de mármol, las bellas figuras querúbicas y seráficas que decoran el espacioso salón y las figuras de mosaico de rico patrón en el piso, cobramos conciencia de una palpitación bajo nuestros pies, trayéndonos la memoria de un pulso fuerte, definitivo y vitalizador. Esto, según se nos dice, es el ritmo de la Llama de la Libertad que ha sido custodiada, protegida y sostenida por muchos guardianes desde la primera vez que fue enfocada en este sitio por quienes se fueron de Atlántida llevando Su esencia sagrada, de manera que pudiera sostenerse el amor por la libertad en los corazones de los hombres durante generaciones todavía por nacer.

El foco de la Llama de la Libertad, establecido en este sitio hace tantas eras atrás, responde por el hecho de que Francia ha sido identificada con la libertad de conciencia durante siglos, y la Gran Hermandad Blanca esperaba que a través del ímpetu de dicha Llama, pudiera exteriorizarse el Estado Unido de Europa a través de la corte de Francia, tan temprano como el siglo XVII durante el reinado de Luis XVI y María Antonieta.

Aunque Saint Germain se esforzó —sin éxito— por llegar a la conciencia de los gobernantes de Francia hasta el reinado de Napoleón Bonaparte, se le permitió atraer la sustancia de dicha Llama a través de los corazones vivientes de esos hombres a quienes inspiró para llevar el amor de la Libertad al otro lado del mar a la nueva tierra de esperanza por la libertad, y a través de las almas de La Fayette, Von Steuben, Kosiusco, Pulasky, De Kalb, Rochambeau y otros, se ancló una transferencia mística de ese momentum de libertad en el palpitar consciente de América.

No fue por accidente que la gente de Francia fue inspirada a darle a América el símbolo de libertad que se yergue en nuestro puerto como una expresión de su amor y amistad —en el sentido externo— y como un foco de la Llama de la Libertad desde el punto de vista interno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario