martes, 26 de octubre de 2010

LA VERDAD

La idea "yo tengo la razón y los demás están equivocados" es uno de los medios de los que se vale el ego para fortalecerse.
La idea de ser los únicos poseedores de la verdad puede corromper los actos y el comportamiento hasta el punto de la locura.
No se puede encontrar la verdad absoluta donde no está: en las doctrinas, en las ideologías...
¿Qué tienen todos ellos en común? Que están hechos de pensamientos y el pensamiento apenas puede señalar la verdad pero nunca es la verdad. Todas las religiones son igualmente falsas e igualmente verdaderas, dependiendo de cómo se las utilice:

1) Se las puede utilizar al servicio del ego. Si creemos que sólo nuestra religión es la verdadera y así utilizada se convierte en una ideología, crea un sentido ilusorio de superioridad y siembra la división y la discordia.

2) Se las puede utilizar al Servicio de la Verdad. Las enseñanzas religiosas representan mapas o señales del camino dejadas por los seres iluminados para ayudarnos en nuestro despertar espiritual, para liberarnos de la identificación con la forma.

Sólo hay una Verdad absoluta de la cual emanan todas las demás verdades. Cuando hallamos esta verdad, nuestros actos ocurren en armonía con ella.
Los actos humanos pueden reflejar:
- la verdad
- la ilusión

La verdad es inseparable de nosotros mismos, si la buscamos en otra parte, sólo encontraremos desilusión.
Cuando estamos en contacto con la dimensión interior que es nuestro estado natural, todos nuestros actos reflejan la unicidad con toda la vida. Ese es el amor.
Las leyes, los mandamientos, las reglas y las normas son necesarias para quienes están separados de su esencia, de la Verdad que mora en ellos. Sirven para prevenir los peores excesos del ego y a veces ni siquiera eso.

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