A fin de controlar inteligentemente las circunstancias de la vida, es esencial que el hombre cuente con una comprensión de las leyes bajo las cuales vive y cómo puede ceñirse a esas Leyes a fin de experimentar paz duradera, abundancia y salud tanto de mente como de cuerpo.
Raramente nos detenemos a pensar que hay grandes Leyes Universales bajo las cuales también somos responsables y las cuales gobiernan nuestro cuerpo, nuestro crecimiento espiritual, nuestra felicidad personal y nuestra evolución.
El Universo, del cual nuestro planeta es apenas una pequeña unidad está gobernado en su totalidad por una Gran Ley General, denominada Ley Cósmica.
Esta Ley tiene aspectos:
- Naturales
- Espirituales
Y toda cosa creada desde el átomo más diminuto hasta la Deidad existe bajo alguna fase de su gobierno.
En el hombre:
- Su cuerpo, compuesto de los elementos que conforman nuestro planeta entra bajo la Ley Natural.
- Su alma o espíritu, que es esa parte del hombre hecha a imagen y semejanza de Dios entra bajo la Ley Espiritual.
La mente es el asiento de la razón y de la inteligencia así como la expresión externa o representante de alma o espíritu interno está bajo la Ley Espiritual.
Es la personalidad la responsable de cualquier transgresión a la Ley Espiritual y por tanto la que sufre las reacciones por hasta las más leves infracciones de esta Ley.
La Ley de Causa y Efecto es la rama de la Ley Espiritual que gobierna a toda vida que evoluciona en este planeta. Es por ignorancia más que por transgresiones voluntarias a la Ley que la humanidad cosecha los efectos desagradables que resultan de las causas imperfectas. Todo el sufrimiento en el mundo son efectos establecidos por causas incorrectas en las vidas de los hombres.
Así como en la transgresión de las leyes materiales muchas veces el agresor no es aprehendido por falta de testigos en la transgresión a la Ley Espiritual no ocurre así.
La causa de la transgresión a la Ley no siempre es perceptible, cuando aparece en la enfermedad y la incomodidad pero dentro del alma de cada ser humano hay un grabador incansable, infatigable y que no duerme, la conciencia, que mantiene la cuenta de todo pensamiento y sentimiento pasajero que emana de los centros creativos.
De acuerdo a la calidad de la energía generada se establecen causas invisibles, pero potentes en la vida del individuo.
Si los pensamientos y sentimientos son armoniosos y constructivos tendiendo a ayudar a individuos o a promover el Bien se establece una causa viviente en el mundo de la persona quien cosechará los beneficios de dicha causa en un efecto placentero que a veces aparece inesperadamente en su mundo a lo que se llama “caído del cielo”, “la sonrisa de la fortuna”, pero que son el resultado directo de una Ley exacta.
Si algún pensamiento o vibración emocional sale de un individuo minúsculamente manchado de ira, odio, discordia, o cualquier otra cualidad humana que habría de herir o perjudicar a alguna parte de la vida, esa actividad establece una causa en el mundo del individuo, la cual, tarde o temprano, se auto-expresará como un efecto desagradable en la vida de su creador.
Maestro Hilarión
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