EL ELEMENTO FUEGO

Las Salamandras son Seres que sirven al Elemento Fuego y que son de una asistencia tremenda a los Directores del Reino del Fuego. Muchas de estas Salamandras son tan grandes como el Edificio Empire State (en la ciudad de Nueva York), mientras que muchas otras son tan pequeñas como la cabeza de un alfiler ordinario. Ellas sirven constantemente bajo sus Directores para disolver las impurezas que emanan de la humanidad cuando se usan destructivamente los centros creativos (pensamientos, sentimientos y palabras habladas), y representan una bendición tremenda para los otros tres Elementos (tierra, aire y agua). Puede que a ustedes les resulte difícil concebir a Seres de Fuego que actúan como agentes purificantes a través del Elemento Agua, pero ¡sí que lo hacen! Sin estas Salamandras (muchas de las cuales vienen desde el Cinturón Electrónico alrededor del Sol físico) las fuerzas de los otros tres Elementos se hubieran rebelado violentamente hace tiempo, y hubieran causado muchas acciones cataclísmicas, miedo y caos entre la gente de la Tierra. A Mí particularmente me gustaría que, a partir de esta noche, ustedes reconocieran y bendijeran conscientemente a estas Salamandras por el servicio prestado a través de las edades, no sólo en este mundo de apariencias físicas sino también en las Esferas Internas, en las cuales moran entre encarnaciones muchas corrientes de vida desencarnadas.

El Fuego, al igual que todo otro Elemento, ha dado grandes bendiciones a la raza, al manifestarse de forma-constructiva (por ejemplo, para incineraciones, calor, luz, para cocinar, etc.) y en una forma destructiva también, causando la pérdida de casas, vidas y propiedad. Por lo tanto, la humanidad en general ha desarrollado un miedo terrible (usualmente enterrado en la vestimenta etérica) a la acción del fuego. Esta noche, estamos tratando de eliminar este miedo del interior de la conciencia etérica (el mundo de la memoria) de la gente, y reemplazar ese miedo por el amor a la radiación y actividades purificadoras que están contenidas dentro del Fuego Sagrado.

Muchos individuos (particularmente aquellos que fueron quemados en la hoguera en vidas pasadas, o que han sido torturados con fuego) han sido profundamente marcados etéricamente. La eliminación de la causa, efecto, record y memoria de un miedo así ha de ocurrir ¡ahora! Es así como, entonces, las actividades del Fuego Sagrado serán bienvenidas como un poder liberador y purificador por todas las evoluciones en la Tierra, sobre la Tierra y en Su atmósfera. ¡Yo así lo decreto!

A través de incontables eras de mal uso del Elemento Fuego, muchas corrientes de vida desencarnadas también le tienen mucho miedo al Fuego. Así, las corrientes purificadoras de la Llama Violeta Transmutadora, así como la radiación de mi Propio Rayo y del Elohim de la Pureza, son violentamente repelidas por las almas (aún en los Niveles Internos), las cuales han utilizado el Elemento Fuego para causar agonía y muerte a sus prójimos.

Después de que el primer Zarathustra trajo de vuelta el recuerdo del uso del Elemento Fuego a la conciencia externa de la humanidad de la Tierra, por mucho tiempo ese Fuego fue amado y bendecido por los Sacerdotes y por la gente, y fue usado sólo constructivamente. Entonces vino un tiempo en el cual, a través de muchas edades, sacerdotes y sacerdotisas inescrupulosos invocaron los poderes del Elemento Fuego para propósitos egoístas y destructivos. Las Salamandras que respondieron en obediencia a aquellos que practicaban dichos ritos de magia negra fueron atadas a las corrientes de vida de aquellos que las habían invocado, y han seguido a esas corrientes de vida desde entonces. Ahora les pedimos a ustedes que nos ayuden a cortar las ataduras que unen a esas Salamandras con tales corrientes de vida, muchas de las cuales todavía no han nacido en la Tierra. Las tendencias incendiarias que tienen algunos son, por lo general, estimuladas por estas Salamandras, las cuales han asumido las "travesuras" de sus amos.

Sonrío al ver las conciencias de aquéllos que se rehúsan creer que la Tierra debe, primero, ser limpiada y purificada desde adentro antes de que la gloriosa radiación del Ámbito de los Maestros Ascendidos pueda manifestarse otra vez para la dulce Tierra y todas sus evoluciones. Esta idea es tan tonta como lo sería pensar que uno puede ignorar la maleza que cubre un campo y que, sólo a punta de sembrar semilla fresca de hierba sobre ésta, se esperar tener un césped parejo de suavidad aterciopelada.

Mi servicio a este Universo es ayudar a remover las causas y núcleos de todas las "semillas" de egoísmo, discordia, limitación y angustia humana desde el interior de los cuatro cuerpos inferiores de la humanidad, así como las creaciones masivas que cubren a la Tierra y a Su atmósfera entera.

Muchos de ustedes individualmente están pasando —en este momento— por el proceso mediante el cual se les extirpan ciertas cualidades destructivas, tendencias y núcleos de impureza de vuestros cuatro vehículos inferiores. Esto, a veces, resulta tan placentero como que le saquen a uno un diente de una encía abcesada, pero lo uno es tan esencial para el bienestar permanente del individuo como lo otro.

Ustedes se sorprenderían ante la tenacidad con que muchas personas se aferran (en sentimientos) a ciertos hábitos y tendencias. Ellos realmente gozan de estos y no están ansiosos ni deseosos de dejarlos ir. Por otro lado, las entidades de discordia creadas por los humanos odian de todo corazón a las actividades purificaderas del Fuego Sagrado, temiendo por la pérdida de sus identidades. A esta resistencia Nos debemos enfrentar con la asistencia de los estudiantes sinceros que invocarán Nuestra ayuda, ya que Nosotros tenemos que recibir la invocación y la autoridad desde vuestra octava (la humana), de parte de aquellos en la encarnación física a través de quienes se ha de hacerle frente a la necesidad.

Tal cual les he dicho anteriormente, escogí cooperar con el Amado Elohim de la Pureza creando, sosteniendo y expandiendo mediante el uso las actividades de Mi Círculo y Espada de Llama Azul, la cual, al recibir vuestra invocación, descargo en, a través y alrededor de cualquier condensación destructiva de energía que ustedes señalen en dicha invocación.