El Arcángel Miguel nos habla sobre el odio encubierto, ése que muchas veces no nos damos cuenta que es odio pero que no deja de ser más que un odio disfrazado. Son esas cosas que nosotros desde nuestra perspectiva humana no caemos en la cuenta, pero cuando desde otros ámbitos te lo soplan y pones atención en ello, siempre desde una postura de humildad y honestidad contigo mismo, ya que si no no somos capaces de reconocerlo, empezamos a vislumbrar cuanta necesidad tenemos de auto-observarnos para ir limando todas esas asperezas que empañan nuestro mundo y no nos permiten avanzar. ¿Qué es si no odio lo que estamos expresando al rechazar un plato de comida, por ejemplo? Y yo, ya he caído en la cuenta que es la única manera: auto-observación (X3) y por supuesto auto-corrección (X3) y ¿sabes qué? que cuando eso se vuelve un hábito es hasta divertido. Bueno, voy a seguir practicando que aquí mismo en mi puesto de trabajo las oportunidades no paran de aparecer.
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