En su esencia primigenia, la Vida contiene toda cualidad que es constructiva. Sin embargo, hay algunas cualidades que los peregrinos parecen perder temporalmente a lo largo de su viaje sobre la Tierra -tales como paz, caridad o liberación. Pero no hay individuo que alguna vez haya entrado al sendero de las experiencias de la vida que haya sido privado del uso consciente de la fe como un poder moldeador diario de la energía del ser de dicha persona. Los individuos siempre han tenido, tienen ahora y siempre tendrán fe en algo. Llegamos ahora a la comprensión cósmica de la cualidad que representa la Fe como un canal a través del cual la energía vital fluye para energizar todo aquello que el individuo escoja aceptar como el poder receptor de su fe, ya que, tal cual dijera Jesús, »conforme a vuestra fe os sea hecho.» [Mateo 9:29]
La atención y el poder de los sentidos son instrumentos de fe, pero la fe propiamente dicha es una vertida consciente de energía vital que energiza aquello que el individuo cree es real, y lo cual, a través de su fe, le da su propio Poder Divino para vivir en su mundo de experiencia.
De examinar el chela los hombres buenos de su tiempo, así como también los dictadores de su época y los tiranos de la historia, verá que todos ellos tenían fe, los buenos hombres en el omnipresente y brillante Poder de Dios (el "YO SOY" universal), y los otros en su propia habilidad de alcanzar gloria temporal y dominio; y todos ellos utilizaron el mismo poder de la cualidad de fe (calificándola con sus propios motivos) para alcanzar sus fines respectivos. No es cuestión de adquirir fe, sino de auto-entrenarse para permitir que la Fe Iluminada del propio ser fluya únicamente al interior de aquellas manifestación que el individuo desea sean perdurables. Inherente en la vida está la cualidad de la fe. No existe tal cosa como un individuo sin fe. La fe es una actividad del Rayo Azul que energiza la energía vital y califica cualquier actividad a la cual es dirigida con el poder de su ser inherente. Si el chela aparta su atención de cualquier condición externa que él desea cambiar, y conscientemente crea una imagen mental de lo opuesto, dirigiendo conscientemente entonces el pleno poder de su fe al interior de esa imagen mental, podrá rehacer su mundo.
La atención y el poder de los sentidos son instrumentos de fe, pero la fe propiamente dicha es una vertida consciente de energía vital que energiza aquello que el individuo cree es real, y lo cual, a través de su fe, le da su propio Poder Divino para vivir en su mundo de experiencia.
De examinar el chela los hombres buenos de su tiempo, así como también los dictadores de su época y los tiranos de la historia, verá que todos ellos tenían fe, los buenos hombres en el omnipresente y brillante Poder de Dios (el "YO SOY" universal), y los otros en su propia habilidad de alcanzar gloria temporal y dominio; y todos ellos utilizaron el mismo poder de la cualidad de fe (calificándola con sus propios motivos) para alcanzar sus fines respectivos. No es cuestión de adquirir fe, sino de auto-entrenarse para permitir que la Fe Iluminada del propio ser fluya únicamente al interior de aquellas manifestación que el individuo desea sean perdurables. Inherente en la vida está la cualidad de la fe. No existe tal cosa como un individuo sin fe. La fe es una actividad del Rayo Azul que energiza la energía vital y califica cualquier actividad a la cual es dirigida con el poder de su ser inherente. Si el chela aparta su atención de cualquier condición externa que él desea cambiar, y conscientemente crea una imagen mental de lo opuesto, dirigiendo conscientemente entonces el pleno poder de su fe al interior de esa imagen mental, podrá rehacer su mundo.
MaháChohán
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