."Yo Soy lo que Yo Soy" (Éxodo 3:14) es uno de los principales nombres que la Biblia le da a Dios. Entraña el gran Poder Creativo que es absolutamente ilimitado. Es un intento —y exitoso en ello-— por expresar, en la medida de las posibilidades del lenguaje, la infinidad de Dios.
"Yo soy" significa "tú" —el individuo. Es una aseveración o afirmación de la existencia, y necesita ser calificada de alguna manera. Por ejemplo, decimos "yo soy hombre" o "yo soy mujer", "yo soy americano" o "yo soy español", "yo soy abogado" o "yo soy panadero", "yo soy republicano" o "yo soy demócrata". En cada uno de estos casos, afirmamos un hecho importante sobre nosotros, y hasta cierto punto nos limitamos —no negativamente sino en un sentido positivo y constructivo. Si yo soy estadounidense, no soy español; si yo soy hombre, no soy mujer; etc.
Ahora bien, Dios es absolutamente ilimitado, y la única frase que puede expresar esto es Yo Soy lo que Yo Soy —¿qué? Yo soy puro ser incondicionado, ilimitado e indeterminado por completo. Afirmar que Dios es algo en particular entrañaría una limitación, o al menos una circunscripción, y Dios es ilimitado.
Al hombre le corresponde ser algo en particular y no tratar de serlo todo, ya que él es una individualización. Si tocas todas las notas de la escala al mismo tiempo, lo único que producirías sería un ruido confuso. La música consiste en la selección y agrupaciones especiales de ciertas notas. En el universo de Dios, cada uno de nosotros tiene su lugar, y es cuestión nuestra la de encontrar ese Lugar Verdadero y expresarlo —ejecutar correctamente nuestra parte en la gran orquesta. Sin embargo, Dios es el Gran Director y también toda la orquesta, ilimitado y sin principio ni fin.
Tomado del Libro "Dale Valor a tu Vida"
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