Empecemos por decir lo que NO es la VERDAD. Y la Verdad no es lo que yo creo que es ni lo que a mí me interesa que sea, la Verdad ES. Sigamos con la pregunta ¿a qué nos estamos refiriendo a la verdad o a la Verdad? Y es que hay una diferencia entre verdad y Verdad. Si nos referimos a verdad, estamos haciendo referencia a aquello que en el mundo humano llamamos nuestra verdad y es que lo que para uno puede ser verdad para otro puede no serlo, es decir, es un concepto humano. En cambio Verdad, se refiere a un concepto Divino, y como tal no es lo que a mi me interesa que sea, ni lo que yo creo sino que la Verdad simplemente es. Me explico, la Verdad no es un concepto sujeto a la subjetividad sino que es una cualidad Divina, de hecho es uno de los siete Principales Aspectos de Dios, y como tal no puede variar en función de nada. Si cogemos el caso de la importancia de la armonía en nuestra vida, podremos mediante su puesta en práctica comprobar que realmente es importante y si hay una persona que no acepta esto como Verdad, eso no hace ninguna diferencia y si esta persona lo comprueba por sí misma acabará experimentando esto como Verdad.
Por otra parte, la Verdad no puede crear imperfección, ni malestar, ni nada que nos pueda hacer sentir mal. Por tanto, no hay que temer a la Verdad, ya que la Verdad es lo que es bueno, pero no para mí sino para toda la humanidad. Por tanto la enfermedad, la guerra,…. En definitiva, lo destructivo no puede ser la Verdad entre otras cosas porque son cosas temporales y la Verdad es Eterna.
Las Verdades relativas son hoy, mañana pueden ser modificadas: la Verdad-Dios es inmutable, es y será siempre.
Sin embargo la mayoría de la humanidad no está interesada en la Verdad, lo único que deseamos es que se nos confirmen nuestros conceptos, esos que hemos desarrollado durante años y que nos resultan cómodos. Por eso la Verdad no es siempre bienvenida ya que sacude nuestros conceptos de años y años y como consecuencia sentimos un cierto grado de molestia, ése que siempre acompaña a todo cambio, por aquello que tan erróneo pero que tan aceptado es de que “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Resumiendo:
“Dios es VERDAD. No es que Dios sea verdadero sino que es la Verdad en sí, y doquiera que está la Verdad allí está Dios. Dios es la Verdad Absoluta y no cambia. Hay muchas cosas que son verdades relativas a ciertos momentos y lugares solamente, pero Dios es la Verdad Absoluta en todo momento y en todas las circunstancias. Tan pronto como tocamos a Dios —que es Lo Absoluto—, las cosas relativas desaparecen”.