viernes, 17 de septiembre de 2010

MAGNETISMO DIVINO

“Amados, sus almas son magnetos. De sus almas fluye la vida de ustedes. Aquello en lo que ustedes ponen su atención, su alma lo magnifica. Es un principio matemático y científico del cual nadie puede escapar, trátese de iniciados, chelas o laicos. Están ustedes en capacidad de magnificar tanto el bien como el mal. Cuando la atención se conecta con alguna apariencia, la vida de uno fluye del propio latido del corazón a la apariencia, y crece, magnificando en la propia conciencia, tanto en el mundo de las apariencias como en los ámbitos internos, aquello sobre lo que descansa el alma. Ahora bien, se puede magnificar las sombras y angustias del mundo de las apariencias, o se puede magnificar el Poder de Dios, orientando el rayo de la energía y atención propias hacia el Santo Ser Crístico. Sostengan allí su atención, dedicándola a recibir y amplificar Sus Poderes y Cualidades, hasta que el propio Ser Interno crezca en confianza, belleza y perfección, como imitación del Ser Único. Hicimos de ello un juego cuando Jesús era un niño. Como todo niño, Jesús regresaba a casa con magulladuras en sus rodillas y pies (y todas las diversas apariencias que afectan a niños pequeños en crecimiento), y yo diría: “No vamos a magnificar ese dolor o esa cicatriz. Magnificaremos a nuestro Señor.” Luego, tornando nuestra atención hacia ese Patrón Perfecto, nosotros tres atraíamos a través de nuestros seres la sanación y la Paz de esa Presencia, hasta que desaparecía la apariencia de imperfección. Hacíamos esto sistemáticamente. Lo hacíamos a diario. Juntos, acopiamos un momentum que, en mi interior, sabía que estaba cimentando un positivo poder de resistencia en la conciencia de Jesús para enfrentarse a toda apariencia de maldad, de manera que cuando le llegara su Momento Cósmico, podría afrontar hasta a la misma muerte y rehusarse a magnificarla con el poder de siquiera un latido de su corazón. Así, Él volvió todo el poder de Su energía hacia la Vida, magnificando el poder de dicha vida a través de sí ¡hasta que la muerte en sí fue derrotada! ¿Lo ven?
Madre María

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